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El “destape” de una alto cargo del Gobierno saudí enciende el debate sobre la vestimenta de las mujeres

El abandono del ‘niqab’ por la viceministra de Educación en un foro escandaliza a los ultraconservadores que abogan porque las féminas se cubran el rostro en público

Haya al Awad intervino la semana pasada en un Foro Internacional de Educación celebrado en Riad. Nada extraordinario dado que es viceministra saudí de Educación (rama femenina). Sin embargo, antes de que descendiera del estrado, había estallado el escándalo. Al Awad se había dirigido a la audiencia mixta a cara descubierta, cuando hasta entonces en sus apariciones públicas llevaba el niqab, el velo que cubre el rostro dejando apenas una ranura para los ojos. Su caso se ha convertido en un símbolo del debate que suscita el (tímido) avance de la mujer en Arabia Saudí.

En lugar de comentar el contenido del discurso de Al Awad, numerosos saudíes se lanzaron a las redes sociales para criticar que “no respetaba las tradiciones sociales y religiosas”. Para los más conservadores, el destape de la viceministra, la segunda mujer en alcanzar ese puesto, supone un gesto intolerable. No obstante, resulta significativo que intelectuales y escritores hayan salido en defensa de la responsable, cuyos motivos para quitarse el niqab no han trascendido.

“La doctora Haya al Awad vive de acuerdo con sus convicciones dentro del marco del significativo pluralismo [que permite] la jurisprudencia”, ha sentenciado el predicador Suleiman al Tarifi, citado por el portal de noticias Al Marsad.

“Los ulemas permiten que las mujeres no se cubran la cara”, recuerda el asesor educativo Saud al Musaibih, quien alaba que Al Awad “haga lo que cree correcto al margen de lo que ha tenido que aguantar por parte de los que se oponen a su punto de vista”.

“La doctora Haya no necesita que nadie la defienda porque no ha cometido ningún error. De hecho, deseo que se querelle contra quienes la han insultado”, ha tuiteado la bloguera Hatun Kadi, quien se declara indignada con los ataques. Al Awad ha preferido ignorar el debate desatado en las redes sociales, aunque ha criticado el uso de cuentas oficiales para promover agendas personales o imponer opiniones.

Si bien no existe ninguna norma que diga que las mujeres deben cubrirse la cara, los musulmanes ultraconservadores han extendido la idea de que esa es la forma más decorosa de cumplir el precepto coránico de “vestir con modestia”. Así que debido al peso que los islamistas han tenido en el Reino del Desierto, la mayoría de las saudíes venían utilizando ese velo facial, además del pañuelo y el preceptivo sayón negro (abaya). Significativamente, su ficha en la web el Ministerio de Educación aparece sin la foto que incluyen las de sus compañeros.

Un asesor de la Corte Real y miembro del Consejo de Ulemas, el jeque Abdalá Bin Suleiman al Manea, ha precisado que existe un desacuerdo entre los estudiosos acerca de que las mujeres muestren su rostro cuando se relacionan con hombres ajenos a su familia. “Algunos opinan que no está prohibido y otros creen que están desnudas si muestran su cara a extraños”, declaró en un programa de televisión del que se hace eco Sabq.

De hecho, el debate suscitado por Al Awad no es el único. La exigencia del director de un curso de gestión de que todas las alumnas que asistan lo hagan con la cara cubierta también ha desatado una furia de mensajes a favor y en contra en las redes.

Aparte de Irán, Arabia Saudí es el único país islámico donde se impone oficialmente un código vestimentario a las mujeres. Pero aunque tímidamente, las cosas están cambiando. Al empuje de las nuevas generaciones, muchas de cuyas integrantes han estudiado en el extranjero, se ha sumado la necesidad de modernizar la economía del país que abandera el príncipe heredero y hombre fuerte Mohamed Bin Salmán. Sin llegar a la raíz del problema, que es el sistema de tutela que convierte a las saudíes en eternas menores, MBS, como se conoce al príncipe, les ha prometido que a partir de julio podrán conducir (acabando con un anacronismo sin parangón en el mundo) y, sobre todo, una mayor participación en la vida económica. También ha comentado durante su reciente gira por Estados Unidos, que la abaya no es obligatoria.

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