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Apartado por una denuncia de abusos un maestro de los maristas del Poble Sec

La dirección de la escuela Anna Ravell, centro concertado de la congregación de los Hermanos Maristas, ha apartado a uno de sus profesores de primaria tras una denuncia de abusos sexuales. Mientras los Mossos d’Esquadra investigan los hechos, la escuela ha comunicado al docente que, “cautelarmente”, no puede seguir en contacto con menores en aplicación de los protocolos de maltrato infantil.

Según fuentes consultadas por este diario, una menor escolarizada en este centro explicó a sus padres durante las vacaciones de Semana Santa que había sido objeto de tocamientos por parte de su maestro. La familia, tras escuchar el relato de la niña, y dado que la revelación había surgido durante un periodo en el que el colegio está cerrado, llamó al teléfono del servicio Infància Respon (116 111) para pedir asesoramiento. El 2 de abril, lunes de Pascua, los padres informaron al centro, que decidió apartar al profesor de su puesto y aplicar el protocolo.

La directora envió el miércoles a todos los padres del centro un correo electrónico con el siguiente mensaje: “Les informamos de que hoy hemos activado nuestro protocolo interno a raíz de una denuncia a la DGAIA por parte de una familia hacia un profesor de primaria de la escuela. Como medida preventiva, este profesor ha sido apartado cautelarmente de sus responsabilidades y tareas docentes hasta que se aclaren los hechos por parte de las autoridades competentes”. El docente, según han informado los portavoces de los Maristas, también es monitor de un club deportivo infantil en el Eixample de Barcelona.

Protocolo activado

Fuentes de Ensenyament confirman que el colegio cumplió el protocolo porque apartó cautelarmente al maestro y contactó con la ‘conselleria’, Fiscalía, Mossos d’Esquadra y la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA). Esta última, no obstante, ya había seguido el mismo recorrido días antes tras atender la llamada de la familia y abrir un expediente informativo.

Los padres también han presentado una denuncia por abusos sexuales en una comisaría de los Mossos. Fuentes policiales subrayan que los hechos descritos aluden exclusivamente a un único episodio de tocamientos. La investigación ya está en marcha. Todos los organismos públicos involucrados piden prudencia ante una acusación que todavía no ha sido probada y subrayan que, en esta ocasión, el protocolo ha funcionado. 

Una comunidad de padres “expectante”

El correo enviado el miércoles por la dirección del centro, que no aclaraba cuál era el motivo por el que el profesor había sido apartado, disparó la inquietud de la comunidad de padres, que se temía que podía tratarse de un caso de abusos sexuales. El jueves, a primera hora de la mañana, cuando las familias acudían a entregar a los pequeños al colegio por primera vez tras la noticia, se notaba en el recinto un clima extraño. “Estamos todos expectantes“, explicaba una de las madres. “Y preocupados“, añadía otro padre.

Otro caso de abusos en los Maristas

La escuela Anna Ravell es un centro concertado ubicado en el barrio de Poble Sec, cerca de la plaza del Sortidor, que fue absorbido por la congregación de los Hermanos Maristas de Catalunya durante el curso escolar 2015-2016. El protocolo interno citado en el correo electrónico enviado a los padres alude al mismo que la institución religiosa desarrolló en el 2011, el mismo año del caso de Joaquim Benítez, el profesor con el que comenzó el escándalo de pederastia que investigó EL PERIÓDICO y que se saldó con 40 denuncias contra 12 profesores y permitió desenterrar un pasado plagado de abusos sexuales sufridos por sus alumnos y silenciados por la organización religiosa.

Aquel año, el 2011, una familia acudió al colegio Maristas de Sants-Les Corts para comunicar que su hijo había sufrido abusos por parte del profesor de educación física del centro (Benítez). Este, al ser interrogado al respecto, admitió los hechos. La confesión provocó que fuera expulsado del colegio, pero la dirección de Sants-Les Corts, desatendiendo el protocolo de la Generalitat, no avisó ni a Ensenyament, ni a la DGAIA, ni a los Mossos. Sí puso en una denuncia en la Fiscalía, en la que, sin embargo, ocultó que el propio Benítez había confesado. Aquella gestión opaca del caso facilitó que el pederasta siguiera manteniendo contacto con menores de la comarca del Empordà durante cuatro años, hasta que estalló el ‘caso Maristas’.

El protocolo elaborado por los Maristas se activó también en diciembre del 2015 contra el monitor de comedor en prácticas Terenci G. Z., denunciado por abusos a cuatro niñas en la escuela de Sants-Les Corts. El documento fue revisado nuevamente en abril del 2016, con el compromiso, subrayaron entonces los Maristas, “de difundir entre toda la comunidad educativa y con total transparencia todas las acciones que se lleven a cabo en el marco de la defensa de los derechos de los niños”.

Protocolos más contundentes 

También en el 2016, las ‘consellerias’ de Ensenyament y de Afers Socials de la Generalitat publicaron una nueva versión del protocolo de la Generalitat para la protección de menores, existente desde el 2006. Lo hicieron después de que el ‘caso Maristas’ demostrara la ineficacia del anterior, duramente criticado por insuficiente por el Síndic de Greuges. El documento ahora en vigor, además de exigir a todas las escuelas (públicas o privadas) la inmediata comunicación de cualquier sospecha de abusos sufrida por un alumno, también incluye a los profesores como posibles agresores, algo que no preveía el protocolo anterior.

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