El director de este centro público autoriza que metan un paso procesional de una cofradía en el patio del centro, lo que además complica el acceso y aparcamiento de personal del conservatorio.
Algunos directores de conservatorios actúan como si el centro público fuese de su propiedad y adoptan estas actitudes confesionales que vulneran los más mínimos principios de separación del Estado y las instituciones públicas de las confesiones religiosas o de otras opciones particulares.
Seguro que de tratarse de unas imágenes o estatuas políticas, la Consejería de Educación, la Inspección Educativa,… lo hubiesen impedido desde el primer momento. Y así debiera ser. Ninguna creencia o convicción particular, sea religiosa o no, puede gozar de este privilegio.