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Polémica en Turquía por el aval de la autoridad religiosa a casar a niñas de nueve años

La Dirección de Asuntos Religiosos, más conocida como Diyanet, se ha convertido en el centro de la polémica en Turquía al sugerir que, de acuerdo con la doctrina islámica, las niñas pueden contraer matrimonio desde los 9 años y los niños desde los 12. Aunque posteriormente este organismo directamente vinculado al Ejecutivo ha matizado lo dicho, la oposición y los medios más críticos lo consideran parte del intento de los islamistas que gobiernan el país desde 2002 de imponer sus ideas más ultramontanas en un Estado que, al menos oficialmente, es laico.

La noticia saltó esta semana cuando el diario opositor Sözcü se percató de que en el Diccionario de Conceptos Religiosos que Diyanet publica online se mencionaba que el matrimonio puede contraerse “a partir de la pubertad” y que “la jurisprudencia islámica establece la edad púber a partir de los 12 años para los niños y a partir de los nueve para las niñas”. La edad mínima legal para casarse en Turquía es de 18 años, si bien un juez puede autorizar matrimonios en que ambos o alguno de los cónyuges tenga 16 ó 17 años.

De ahí que la oposición no tardase en echarse encima de Diyanet, que con un presupuesto superior al de varios ministerios, se encarga de gestionar las mezquitas y el clero del país y en el extranjero, así como de resolver las dudas de los fieles a través de la emisión de fatuas. El diputado Tuncay Özkan, del partido socialdemócrata CHP, lo consideró una maniobra para “absolver a quienes abusan de los niños” y su compañera Gaye Usluer acusó al Gobierno de “estar más interesado en cómo casar a los niños a corta edad en lugar de en su educación o en su salud”. No es este un tema baladí después que en los últimos años miembros de varias congregaciones islámicas, como la Fundación Ensar o la asociación KAIMDER, fueran acusados de practicar tocamientos a sus alumnos e incluso de violaciones a menores y de un 2017 durante el que la plataforma Pararemos los Feminicidios registró casos de abusos sexuales contra 387 niños (veinte de ellos fueron además asesinados).

Por ello, la Diyanet se apresuró a negar la mayor. En un comunicado aseguró que en ningún momento su diccionario había recogido tales afirmaciones y que las informaciones sobre ello “carecen de fundamento”. Pero los dirigentes del organismo religioso no deben ser muy versados en los usos informáticos, pues aunque retiraron de Internet el polémico Diccionario de Conceptos Religiosos, aún se puede acceder a él a través de versiones en caché que guardan páginas dedicadas al almacenaje de copias de diferentes webs para poder consultarlas en casos en que sean censuradas.

De todas formas, la Dirección de Asuntos Religiosos turca matizó en su web que “jamás ha aprobado el matrimonio a temprana edad y jamás lo aprobará”. “La religión islámica pone como condición del matrimonio el consentimiento y la libertad de elección”, añade el comunicado: “Es incompatible con casarse sin que la chica haya alcanzado el suficiente desarrollo biológico y psicológico y tenga la suficiente responsabilidad para establecer una familia y ser madre”.

El vice primer ministro y portavoz del Gobierno, Bekir Bozdag, salió en defensa del organismo religioso e inquirió a quienes le critican: “¿Queréis que la Diyanet emita fatuas acordes a las leyes actuales o según el islam? La Diyanet solo sigue una ley, la ley de Dios”. Y eso que no es la primera vez que el organismo religioso desata la ira de amplios sectores del país por sus declaraciones. Ya lo fue en 2008 cuando, con ocasión del 8 de Marzo, declaró el feminismo “inmoral”; o hace dos años cuando dijo que “no necesariamente es pecado” que un padre tenga “deseos lujuriosos” por su hija. Según la abogada y activista Hülya Gülbahar, esto forma parte de la “ideología conservadora” que pretende imponer a la sociedad turca el Ejecutivo islamista: “Las políticas de Diyanet no son independientes del Gobierno”. Desde luego, la mano del presidente turco, el polémico Recep Tayyip Erdogan, se ha hecho notar en la institución y, en los últimos siete años, ha ordenado la sustitución de dos de sus presidentes antes de que terminasen su mandato.

En declaraciones a EL PAÍS, Gülbahar se queja de que imbuidas por estas ideas de los islamistas “todas las instituciones del Gobierno y el Estado trabajan por rebajar la edad legal de matrimonio y de consentimiento sexual”. Y cita como ejemplo el que se hayan reducido las penas para los adultos que mantengan relaciones sexuales con menores de edad si estos tienen entre 12 y 15 años o el proyecto de ley que permitía evitar la cárcel a los abusadores de menores si accedían al matrimonio, medida que fue apartada tras una fuerte movilización de las asociaciones de mujeres. En parecido sentido, considera la abogada, camina la normativa aprobada el pasado noviembre que permitirá, por primera vez en la historia de la república, que cargos religiosos puedan oficiar matrimonios, una potestad hasta ahora reservada exclusivamente funcionarios civiles (los turcos podían celebrar una ceremonia religiosa pero esta no tenía validez legal alguna). “Tendremos a unos funcionarios de Diyanet, un organismo que piensa que una niña puede ser casada a los 9 años, oficiando matrimonios, lo que impulsará el número de matrimonios infantiles y matrimonios polígamos (ahora prohibidos en Turquía)”, arguye Gülbahar, que se queja de que el Gobierno no ha querido incluir en la ley ninguna de las medidas de control propuestas por organizaciones feministas que habrían dificultado los enlaces con menores de edad dentro de los matrimonios religiosos.

Actualmente en torno al 5 % de los matrimonios que se celebran en Turquía incluyen un cónyuge, generalmente la mujer, de 16 ó 17 años (para lo que es necesario un permiso judicial). Sin embargo, esta práctica está mucho más extendida en las provincias orientales del país y además los matrimonios con niñas menores de esta edad se ocultan a las autoridades. Según las cifras oficiales, el número de embarazos en mujeres menores de 15 años —tras los que habitualmente se ocultan matrimonios infantiles— se han reducido desde los 2.000 anuales durante la pasada década a menos de 500 en la actualidad, pero un estudio de la Universidad Hacettepe de 2013 reveló que una de cada cuatro mujeres turcas entre los 15 y los 49 años se había casado siendo menor de edad.

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