Como puede verse en esta imagen, aparecida en la prensa con motivo de una actividad sobre flamenco, un crucifijo preside el aula.
Aunque cada vez son menos los centros que mantienen simbología religiosa, no deja de sorprender que todavía existan. Y lo más sorprendente es que la Consejería tras las reiteradas denuncias de estos hechos no haya adoptado ninguna medida para que sólo puedan figurar en los centros públicos los símbolos oficiales.