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Cada dos segundos se fuerza a una niña a casarse

El matrimonio infantil es una práctica que sigue vigente no solo en zonas en vías de desarrollo sino también en países occidentales. Más de catorce millones de niñas se casan contra su voluntad cada año, una cada dos segundos, con hombres que les duplican o triplican la edad.

Esta violación de los Derechos Humanos priva a las niñas de su educación, su salud y, en muchas ocasiones, de sus posibilidades de salir de la pobreza. Atrapadas en un matrimonio temprano, su cometido es cuidar de su marido y dar a luz a sus hijos, aun sin estar preparadas físicamente para ello y sin haber terminado la enseñanza secundaria.

Nigeria es el país con una tasa mayor de matrimonios infantiles. Allí tres de cada cuatro niñas tienen marido antes de cumplir los 18 años, según informa la ONG Girls not brides. “El principal motor de esta práctica es la esperanza de conseguir una mejor estatus económico y social para la niña y su familia”, afirma la organización. A estos motivos se une un clima restrictivo respecto al sexo fuera del matrimonio y al empuje de las creencias religiosas. Dentro del país, es en la región de Diffa donde más se comete esta violación: el 89% de las chicas se casa siendo aún menores.

La mayoría de los países del mundo tienen leyes que marcan cuándo una persona puede contraer matrimonio, pero no solo en África y en Asia meridional las niñas pasan por el altar. Según los datos de Pew Research Centre, 198 países de todo el mundo permiten este tipo de enlace ya sea por las propias leyes o por cláusulas que permiten rebajar la edad del matrimonio. Es curioso observar cómo la mayoría de las naciones señala la edad de una persona adulta en 18 años y sin embargo permite casarse a chicas por debajo de esa vara.

En España hasta 2015 una menor podía casarse a partir de los 14 años. La ley de Jurisdicción Voluntaria elevó la la edad mínima para casarse a los 16 años, edad en la que todavía se considera a las chicas menores. Reino Unido, Italia o Alemania comparten esta pauta.

Estados Unidos ha experimentado en los últimos años un crecimiento de este tipo de enlaces. Aunque no hay datos oficiales, un estudio del Centro de Justicia Tahirih señalaba que entre 2009 y 2011 se habían producido más de 3.000 casos de matrimonios forzados. Generalmente, se trata de niñas que celebran nupcias con hombres mayores apoyándose en leyes estatales que permiten esta práctica siempre que los padres o un juez den su consentimiento. Por ejemplo, en Nueva Jersey se celebraron 163 bodas entre 1995 y 2012 que implicaban a niños de entre 13 y 15 años.

Las implicaciones del matrimonio infantil

El matrimonio infantil es una violación de los derechos humanos en sí misma, pero también acarrea terribles implicaciones para las jóvenes novias. Muchas de las chicas son violadas por sus maridos en la noche de bodas y se convierten en víctimas de violencia sexual. Además, al no estar ellas preparadas físicamente para concebir, sus hijos tienen menos posibilidades de sobrevivir. “Los embarazos tempranos son la principal causa de muerte en mujeres jóvenes en países en desarrollo”, apunta Plan Internacional.

Los partos a esas edades son muy peligrosos para las madres: las niñas de 15 años tienen cinco veces mayor riesgo de morir en el parto que las mujeres de 25, e incluso si no mueren pueden sufrir graves complicaciones de salud, expone la ONG Humanium.

Además, al convertirse en esposas abandonan sus estudios para hacerse cargo de la casa. “Un solo año extra de educación secundario de una niña aumenta entre un 10 y un 20% sus ingresos cuando sea una mujer adulta”, explica Concha López, directora general de Plan Internacional. Está comprobado que cuando las madres tienen estudios es mucho más probable que su descendencia reciba educación secundaria. De modo que el abandonar los estudios para casarse encadena a las mujeres a una rueda de pobreza y discriminación de la que les será complicado salir tanto a ellas como a sus futuras hijas.

Hacer visible lo invisible

El Día Mundial de la Niña fue instaurado para dar visibilidad a todas aquellas menores a las que se priva de sus derechos. Plan Internacional insiste en que las jóvenes son víctimas de una doble discriminación: por ser menores y por ser mujeres, y que es fundamental “tomarlas en cuenta en las políticas y acciones de la sociedad civil”. La ONG alerta de que si no se trabaja para revertir la situación “más de 140 millones de niñas estarán casadas en el año 2020”.

En el marco de esta lucha ha iniciado la campaña #mueveundedo para poner fin al matrimonio infantil. El movimiento pretende revelar con datos la situación de las niñas de todo el mundo para así poder aprobar medidas que eviten la violación de sus derechos.

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