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Educación y persona

Desde el fracaso de las leyes de educación a la permanencia de un nacionalcatolicismo incompetente y perturbador de la educación publica

Donde hay educación no hay distinción de clases. Confuncio  479 a.C

Muchas personas atribuyen a una educación de calidad la solución de los conflictos que se desarrollan en la sociedad y la evitación de errores que cometemos las personas en la toma de decisiones. La interpretación de lo que significa educar, necesita recorrer, el camino clásico de las grandes preguntas, ¿qué es educar?, ¿cómo se realiza?, ¿dónde?, y ¿cuándo?. Representa, la educación, una actividad compleja, variable a lo largo del tiempo, referida a seres humanos con inteligencias y capacidades diferentes y procedentes de medios sociales en donde la igualdad de oportunidades debe sustentarse, como indicó Rawls (Teoría de la justicia), con una compensación hacia los sectores más necesitados. Por lo tanto  surge la necesidad de definir y analizar a que tipo y contenidos de la educación nos referimos ya que las relaciones son muy estrechas con el concepto de persona, los principios y valores éticos, los criterios de ciudadanía, el respeto a todas las creencias y el ejercicio de la democracia.

La educación se puede definir como el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y critica, que resulta imprescindible para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Se trata por lo tanto de intentar perfeccionar el desarrollo humano como persona, mediante la integración de los conocimientos y el pensamiento aplicados a la acción, en el contexto de una ética laica que vincula la autonomía personal junto a la extracción de lo mejor de las personas, la represión de lo negativo y la responsabilidad civil. Wittgenstein indicaba que “mi propósito es enseñar como pasar de un sinsentido no evidente, a uno evidente”.

La educación es un derecho universal y por este motivo se ha expresado en Leyes ya que se trata de una cuestión de Estado que nadie contestaría como una necesidad. Su fundamentación se articula en el articulo 27 de la Constitución que recoge el pleno desarrollo de la personalidad humana con respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales como aspectos que equivaldrían a los criterios de ciudadanía.

Desde la Ley Moyano de 1857 (Ley de Instrucción publica, época de Isabel II, se han legislado en España 7 leyes más, de ellas 4 en la etapa democrática. La importancia de esta primera ley radica en la intervención, desde este momento, hasta la actualidad de la Iglesia Católica en la educación publica y privada procedente de los acuerdos del Concordato con la Iglesia de 1851, mediante el cual la única religión y además impuesta en España, seria la católica, apostólica y romana y cuya misión  consistiría en velar por la pureza de la educación. Las leyes de educación en la etapa democrática se han sucedido con las denominaciones de LOGSE (1990), LOCE (2002), LOE (2006) y LOMCE (2013). Responden a los partidos que han gobernado, sin acuerdo con el resto, con la mediatización de una Iglesia que establece como asignatura la religión católica sin conocer la Historia de las Religiones y sobre todo sin poder contar la verdadera historia de una Iglesia con abundantes casos reconocidos de corrupción económica, sexual, homofobia, antidemocrática, antifeminista y plagada de delitos de pederastia, ocultados deliberadamente por los poderes del Vaticano. Esta situación ha permitido que Juan Pablo II aceptara en esta Iglesia a los Legionarios de Cristo con un presidente como Marcial Maciel acusado de múltiples delitos sexuales y gestor de escuelas de educación en distintas partes del mundo.

Toda la legislación española ha fracasado por incumplimiento de criterios e intenciones expresados, sobre educación, en el texto Constitucional, desarrollando Leyes con preámbulos cínicos e incompetentes y pretendiendo que la simple redacción de  una ley era suficiente para considerarla eficaz , sin querer entender el complejo mundo que se necesita desarrollar en torno a los procesos educativos. Las consecuencias son evidentes : 22% de fracaso escolar, el mayor de la UE, cuando ésta exige limitarlo al 15% (Rumania 18%) . Cuatro de cada 10 estudiantes repiten y si hacemos referencia a las pruebas de selectividad la mitad de los 67 mejores centros son Institutos públicos pese a los recortes en estos centros y la desviación y protección abusiva de la educación privada. Dentro de las leyes de Educación, la Ley Wert, propuesta por el peor ministro de la democracia, presenta un preámbulo radicalmente mercantilista indicando “que la prioridad de la educación es la promoción de la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un País”.

Un análisis de la educación en nuestro País necesita la aplicación de algunos criterios que sean factibles en su realización y que al ser un sistema complejo se integren, contemplando lo que significa un “pensamiento complejo”,  la formación de un razonamiento evolutivo y creativo, el concepto de orden, su carácter científico , integración de lo razonable y lo emocional, la evolución del ser humano como persona  y por ultimo una característica que evite considerar que la complejidad sustituye la simplicidad o equivale a la  completud.  Existen razones y medios para salir de esta situación de fracaso escolar y para lograr que la adquisición de conocimientos, actitudes y habilidades sean compatibles con lograr la felicidad de los estudiantes.

Las aberraciones limitativas que es necesario cancelar acerca de la situación de la educación en España deben complementarse con los aspectos de desarrollo que derivan del concepto de ésta y su aplicación. El primer criterio que hay que instalar sólidamente, es la evidencia de que una alternativa, a la situación actual, es posible y  muchos países de la UE la practican, la evalúan y la modifican, con arreglo, tanto a nuevas técnicas pedagógicas como a los cambios que constantemente aparecen en el mundo, en Europa y en la sociedad.

La educación depende de varios criterios a los que acompañan, un estudio de fines, características que son susceptibles de educar, alternativas factibles y  referencia a ciertos modelos educativos de éxito como el de Finlandia.

1- Criterio político. Los distintos gobiernos de España en la etapa democrática, además de no acordar una Ley de educación consensuada han mostrado un importante desinterés por la que corresponde al sector publico : el gasto publico se sitúa en el 4,19% del PIB, cuando en Finlandia es del 7,16%, un 72% de todos los ministros españoles fueron a escuelas privadas, los mayores recortes sobre educación se realizaron en los años 2008-2016 y de forma particular en el gobierno de Rajoy llegando a un 18,4% que además coincidió con un aumento del 6,67% de la población escolar (los mayores recortes se producen en Cataluña). Esto ha motivado que los sectores más pudientes de la población, el 25-30% de la renta superior del país, llevan a sus hijos a la escuela privada concertada, particularmente de la Iglesia que recibe subsidios públicos y  por lo tanto no sufre recortes (V. Navarro, Publico 25/8/2016) y además solicita becas que deberían centrarse en la escuela publica.
2- Criterio Legislativo. La Ley de educación, aprobada en exclusiva, por el gobierno del parido popular (Ley Wert.2013) reúne una serie de criterios censurables en cuanto al sentido que debe prevalecer en la educación y desarrollo de las personas. Es una Ley neoliberal centrada en el interés de los mercados, omite una justificación sobre los puntos fuertes y débiles de la educación actual, es partidista porque se centra en concepciones ideológicas y prejuicios del PP, es clasista porque segrega por clase social y etnia, no asegura la etapa de 0-3 años considerada como “guardería” (guardar), en lugar de estimarla como escuela de infancia, es sexista porque permite la segregación en colegios (Opus Dei ), es una ley que desconfía del profesorado, con una obsesión por las evaluaciones externas y las revalidas, es autoritaria, no consensuada ni con la comunidad educativa, las familias u otros partidos políticos, es incompetente porque no establece en su aplicación modelos reconocidos con éxito en distintas partes del mundo y por ultimo ha sido rechazada por las familias y la mayoría de la sociedad en la que incluyo votantes del PP.
3- Criterio Ético laico. La religión debe desarrollarse como educación privada. La cuestión no es religión o ética, porque los valores son diferentes. La ética es laica porque acepta la pluralidad. La religión es privada porque de forma publica, no se pueden relatar y no se relata, ni siquiera a los católicos, todo lo que ha sucedido en la Iglesia Católica. La personas que estudiamos en colegios, durante los años 1945-1970 sufrimos todas las falsedades inculcadas por el nacionalcatolicismo junto a las que procedían del relato de la Historia de España. Esta situación persiste en la Universidad Católica actual donde es preceptivo el estudio de una asignatura denominada Historia de la Iglesia, donde se perpetua un sectarismo junto a una falsa expresión de la realidad de todo lo sucedido. Los colegios católicos con nombres de sant@s o advocaciones acabaron por no poder disponer de miembros propios, dada su ineptitud y recurrieron, excepto en los beneficios económicos a profesores seglares. Ninguno de los fundadores de ordenes de Colegios Católicos tuvieron la intención de que su misión fuera desarrollar ni los estudios de bachillerato, ni la formación profesional, ni los estudios universitarios. Sin embargo en estos colegios es donde han surgido los mayores delitos sexuales desde hace muchos años. Uno de los libros más significativo de la educación en un Colegio católico lo escribió, como novela autobiográfica, Ramón Pérez de Ayala titulado A.M.D.G. (ad maiorem Dei gloria) que relata su vida en un   colegio de Jesuitas (1910).

Fines, características perfectibles, alternativas y el modelo Finlandia, intentaremos concretarlos en el próximo articulo.

Javier Garcia-Conde Brú, Catedrático de Medicina, Master en Bioética UCM

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