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Francia desiste en su intento de enviar a un embajador gay, rechazado por el Vaticano

El presidente francés François Hollande ha tenido que cambiar la designación de un diplomático galo en la Santa Sede. Francia nombró en enero del año pasado como embajador allí a quien fuera jefe de protocolo del presidente, Laurent Stefanini. El Vaticano no confirmó su posición durante meses, según medios franceses e italianos, por su orientación sexual y en junio aún no había repuesta.

Este miércoles Hollande nombró a Stefanini embajador de Francia en la Unesco, la agencia de educación y cultura de la ONU, con sede en París.

Pero en la Santa Sede no gustó nada que París, después de la polémica ley de matrimonios homosexuales aprobada en el 2013, escogiera como representante a un hombre abiertamente gay. Según una fuente anónima citada por el diario católico francés La Croix , el Vaticano consideró el nombramiento de Stefanini como una provocación por parte del ejecutivo socialista, cuyo presidente vive sus horas más bajas en cuanto a popularidad pese al repunte que tuvo tras los atentados de París.

Stefanini, católico practicante, poseía todos los requisitos profesionales. Hombre de vasta cultura, formado en la Escuela Nacional de Administración –el gran vivero de la elite francesa–, había sido ya el número dos de la legación gala ante el Vaticano entre el 2001 y el 2005. Luego trabajó como jefe de protocolo del Elíseo con el presidente Nicolas Sarkozy y más tarde fue confirmado por Hollande.

No hubo un no explícito del Vaticano, sino el silencio, equivalente al rechazo. Hollande, sin embargo, se mantuvo en sus trece. Lo vio como una cuestión de honor e insistió en el nombre de Stefanini. El Vaticano continuó firme. La situación se tornó bastante embarazosa para ambas partes.

El 17 de abril del 2015, Francisco tomó la iniciativa y recibió en audiencia, de modo muy discreto, a Stefanini para aclararle lo que estaba sucediendo. Según fuentes conocedoras de la reunión, el Papa y el diplomático hablaron durante bastante rato, unos 45 minutos, e incluso rezaron juntos. Bergoglio al parecer dijo a Stefanini que en el rechazo vaticano a darle las cartas credenciales no habría nada personal contra él por su condición de gay, sino más bien un problema diplomático por la insistencia francesa en forzar la mano y por la inconveniencia de la reciente aprobación de la ley sobre bodas homosexuales. El Vaticano no podía aceptar el diktat de París.

Hubo también algunas especulaciones en medios franceses sobre cuestiones personales de la vida de Stefanini en Roma, durante su periodo como número dos de la embajada, que habrían incomodado a la Santa Sede. Sea como fuere, Francisco fue claro en el no, pero Hollande no quiso darse por enterado y se empecinó en prolongar el pulso y el bloqueo durante un año más. Se convirtió en una cuestión de honor y de orgullo nacional. Y de ahí que la marcha atrás final haya sido interpretada en Francia como un nuevo revés político para Hollande por una obstinación no justificada y por su falta de mano izquierda diplomática ante un interlocutor tan sensible –y tan avezado– como el Vaticano.

La postura de la Iglesia respecto a los homosexuales

El papa Francisco dijo al volver de la Jornada Mundial de la Juventud de Brasil que él no era quien para juzgar a los gays. Además, en una audiencia general de los miércoles dio asientos preferentes a un grupo que defiende los derechos de los católicos gays de EE.UU., New Ways Ministry. No obstante, el Papa no ha mostrado en ningún momento que vaya a cambiar la doctrina de la iglesia en esta cuestión, pese a remarcar que lo censurable no es la orientación, si no los actos de las personas.

Esto fue lo que se dijo en el documento final del Sínodo de la Familia en 2014, en los puntos 55 y 56 sobre los homosexuales:

55. “No existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia”. No obstante, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y delicadeza. “Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta” .

56. Es del todo inaceptable que los Pastores de la Iglesia sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen las ayudas financieras a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

En el documento final del Sínodo de los Obispos de 2015 se hizo referencia a esta cuestión en el punto 76. Justo antes de empezar el encuentro de los purpurados, un miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe,Krzysztof Charamsa, reveló que era homosexual y que tenía pareja, un catalán.

76. La Iglesia hace suyo el comportamiento del Señor Jesús que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción (cf. MV, 12). Con respecto a las familias que viven la experiencia de tener en su seno a personas con tendencias homosexuales, la Iglesia reafirma que toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar “todo signo de discriminación injusta” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4).

Se debe reservar también una atención específica al acompañamiento de las familias en las que viven personas con tendencia homosexual. En cuanto a los proyectos de equiparación de las uniones entre personas homosexuales con el matrimonio, “no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (ibidem).

El Sínodo considera en todo caso totalmente inaceptable que las iglesias locales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen la ayuda financiera a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el “matrimonio” entre personas del mismo sexo.

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