La alcaldesa Rita Barberá pretende que el cáliz valenciano sea declarado Patrimonio de la Humanidad.
León se interpone en los planes del Ayuntamiento de Valencia para conseguir que su Santo Grial sea declarado Patrimonio de la Humanidad. La alcaldesa Rita Barberá ha iniciado una carrera para defender que el cáliz que custodia la catedral valenciana es el auténtico.
Sin embargo, la investigación llevada a cabo por los historiadores Margarita Torres Sevilla y José Miguel Ortega del Río demuestra que el cáliz de Doña Urraca, regalado por la reina a la colegiata de San Isidoro en el año 1063, es la copa de la Última Cena. La reliquia más importante de la cristiandad se expone desde el pasado lunes en una nueva sala, en el cuerpo bajo la torre del gallo, dotada con las máximas medidas de seguridad y una vitrina antibalas.
Barberá llevará a cabo una costosa promoción de Valencia como ‘Ciudad del Santo Grial’, financiará una publicación científica sobre la historia de esta copa y planea una exposición sobre el camino recorrido por este cáliz desde el Jerusalén del siglo I a la Valencia del siglo XV. Lo cierto es que hay una laguna de 400 años, en los que no hay pruebas documentales del paradero de la Copa de Poder, como reconocen Torres y Ortega en su ensayo Los reyes del Grial (editorial Reino de Cordelia). Los escritos más antiguos que sitúan la Copa de Cristo en la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén datan del siglo V.
Dos pergaminos del siglo XIV localizados en la biblioteca de Al-Azhar, en El Cairo, describen cómo el Santo Grial es saqueado de Jerusalén por el califa fatimí, quien se lo regala al emir de Denia en gratitud por haberle enviado víveres durante una hambruna que azotó Egipto. El emir de Denia se lo entrega en el año 1054-55 al monarca leonés Fernando I para sellar la paz entre ambos reinos. El cáliz de Valencia basa su autenticidad en la tradición oral. En su día, Barberá afirmó que «igual que hay un Camino de Santiago puede haber un Camino del Santo Grial, que parte desde Jerusalén y pasa por Roma, por Francia y por San Juan de la Peña hasta llegar a Valencia».
En San Isidoro las visitas se han disparado desde que se desveló que el cáliz de Doña Urraca es el Santo Grial. La colegiata tiene reservas hasta octubre y, previsiblemenente, esta Semana Santa colgará el cartel de completo. La copa se puede ver en turnos de 25 personas, cada quince minutos. La entrada cuesta 5 euros.
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