La reciente concesión de la medalla de oro de la ciudad de Granada a la patrona, la Virgen de las Angustias, atenta contra la aconfesionalidad que se exige a todas las instancias de la Administración pública y es una inaceptable falta de respeto a la libertad de conciencia de los granadinos. Consideramos que el discurso integrista y esperpéntico del alcalde, en el que excluye a los granadinos que no comulguen con la adoración a la Virgen, exige una disculpa pública inmediata.
La presencia en el acto religioso de autoridades civiles y militares, acompañados de la banda municipal, y con la cobertura de la televisión pública granadina, fue toda una exhibición de rancio e inadmisible confesionalismo. Hay que recordar, una vez más, que el Ayuntamiento y los servicios municipales, así como el resto de cargos, instancias y servicios públicos, se deben a TODOS los ciudadanos, no sólo a los que comparten determinadas creencias.
Asimismo, expresamos nuestro estupor ante el hecho de que sólo IU se opusiera a la imposición de la medalla. El confesionalismo del PP es tan lamentable como bien conocido, pero PSOE y UPyD son partidos que suelen hacer gala de su defensa de la laicidad, sobre todo mediante promesas de lo que harán cuando estén –o vuelvan a estar– en el poder; con este tipo de conductas antidemocráticas nos ofrecen, desgraciadamente, muy poca credibilidad.
Manifestamos la necesidad de superar el confesionalismo de las instituciones en beneficio de una Administración respetuosa con todos los ciudadanos, independientemente de cuáles sean sus creencias y convicciones; en favor, en definitiva, de la convivencia democrática.
Alcalde de Granada (PP) colocando la medalla. (Foto: Andaluces Diario. Charo Valenzuela)
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