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Los islamistas egipcios meten prisa a los militares

Los Hermanos Musulmanes piden elecciones cuanto antes. Convocada para hoy una huelga, justo un año después de la dimisión de Mubarak

El pulso entre los tres principales actores de la escena egipcia se endurece un año después de que el expresidente Hosni Mubarak dejara el poder en manos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. La convocatoria para hoy de una huelga general en todo el país servirá para comprobar qué capacidad de movilización tienen todavía los activistas que, junto a los Hermanos Musulmanes, aumentan la presión sobre la Junta Militar para que convoque elecciones presidenciales cuanto antes. Aun así, islamistas y revolucionarios se acusan entre ellos de haberse apropiado de las consignas de la Revolución del 25 de enero en un ambiente cada vez más enrarecido.

Las declaraciones del número dos de los Hermanos Musulmanes, Jairat al Shater, a la cadena Al Yazira pidiendo la retirada del Gobierno encabezado por el primer ministro, Kamal Ganzuri, se unen a las de otros políticos que desde hace meses piden a los militares que cedan el poder a una autoridad civil antes de la fecha prevista, el próximo 30 de junio.

"Tratar a los manifestantes de forma violenta es una equivocación y un símbolo de la debilidad y de la mala gestión del Ministerio del Interior", declaró Al Shater, que subrayó que en estas circunstancias no está de acuerdo "con que continúe el Gobierno de Ganzuri".

"Debemos comenzar la formación de un Gobierno de coalición inmediatamente", continuó antes de destacar que las prioridades de este nuevo Ejecutivo deberían ser la economía, la seguridad, la elección de un presidente y la redacción de una nueva Constitución.

A pesar de la relevancia de estas declaraciones, las primeras de este estilo hechas por un alto cargo de los Hermanos Musulmanes, la organización islamista no tardó en desvincularse de las palabras de Al Shater y retornar a su postura inicial. "La situación es inestable y nosotros estamos buscando la estabilidad", aseguró en declaraciones al periódico egipcio Egypt Independent Sobhi Saleh, miembro del Partido Libertad y Justicia, el brazo político de los Hermanos Musulmanes. Saleh agregó que su partido está dispuesto a hacer realidad las reivindicaciones de los manifestantes "cuando sea el momento adecuado".

Los manifestantes vuelven a exigir: "pan, libertad y justicia social"

Por su lado, el Ejecutivo de Ganzuri reiteró por enésima vez esta semana que la Junta Militar seguirá siendo la máxima autoridad en el país hasta el 30 de junio. Antes de esta fecha está previsto que un comité todavía por elegir redacte una nueva Constitución, que se celebre un referéndum nacional para aprobarla y que haya elecciones para elegir un nuevo presidente.

De hecho, no son pocos los que prefieren que los comicios presidenciales se celebren antes la redacción de la Constitución, puesto que un civil al frente del país evitaría que el Ejército blindara su posición de poder en la nueva Carta Magna. En esta situación, se revela clave la postura de los Hermanos Musulmanes, a quien algunos acusan de haber pactado ya las condiciones de la transición con los militares.

Entre quienes lanzan las críticas más feroces a la fuerza islamista que arrasó en las pasadas elecciones parlamentarias están los activistas, que hacen oír su voz desde la calle. Ayer, en las calles de El Cairo resonaban las primeras consignas a favor de la huelga general y de la "desobediencia civil". El noreste de la capital egipcia fue escenario de marchas que acabaron en una concentración frente al Ministerio de Defensa.

"Fuera la Junta"

Los activistas y los islamistas se pelean por la "paternidad" de la revolución

Miles de personas, en su mayoría estudiantes universitarios, exigieron que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ceda el poder cuanto antes. Los manifestantes corearon lemas como "pan, libertad y justicia social", "fuera la Junta Militar" o "vete Ganzuri" frente a una alambrada tras la que había varias tanquetas del Ejército y militares apostados. Tras el alambre de espino, una banda militar intentó acallar los cánticos a golpe de tambor, a lo que los manifestantes respondieron entonando el himno egipcio y lanzando consignas a un volumen cada vez más alto.

Intentando hacerse oír entre el ruido, la diseñadora gráfica Yasmin Hamdun resumió las principales demandas de los manifestantes: "Queremos que el poder vuelva al pueblo, queremos que la Junta Militar se vaya, que los Hermanos Musulmanes dejen de hacer que la gente se vuelva contra nosotros y que pare la violencia contra los activistas".

La estudiante universitaria Aliaa Ali se mostró orgullosa de la fuerza que el movimiento estudiantil ha tomado en Egipto en los últimos meses. "Al principio eran sólo unos pocos estudiantes, pero desde hace dos meses cada vez más gente acude a las manifestaciones", aseguró antes de afirmar convencida: "Ahora los trabajadores y los estudiantes somos los principales elementos de la revolución".

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