La Iglesia advierte de que muchos aspirantes a impartir la materia llegan al oficio empujados por la crisis
La crisis está despertando las vocaciones más ocultas y tardías, como la de profesor de Religión, un oficio que hasta la fecha no era precisamente de los más demandados en el Inem. Sin embargo, la Iglesia ha detectado que, desde que se produjo el hundimiento de la Economía, en no pocos casos los futuros maestros llegan a esta carrera echándole más cara que doctrina.
Los hay que no conocen el padre nuestro y otros que ni siquiera han pasado por la pila bautismal. "Algunos aspirantes no saben la oración principal de la Iglesia católica e incluso alguno no está bautizado", confirman las fuentes diocesanas consultadas por Levante-EMV.
Según la Delegación Diocesana de Enseñanza de Castelló, desde este organismo se trabaja para asegurar "una buena formación de los maestros y profesores para los centros que, a petición de los padres, ofertan la enseñanza de la religión católica".
La bolsa de trabajo, llena
La bolsa de trabajo de la Delegación se ha llenado en los últimos meses de solicitudes de candidatos a profesores de religión. La semana pasada se realizó el primer encuentro del Grupo Blanco, una oferta de formación que realiza la Diócesis para los profesores que forman parte de la bolsa de trabajo y también para los maestros más jóvenes.
Precisamente en este inicio de curso se han recibido unos 60 currículums, alcanzando una cifra récord que podría responder a la necesidad de encontrar trabajo de jóvenes licenciados, "pero también de personas de mediana edad que están en el paro", según explicaron fuentes eclesiásticas de Castelló.
"Ante este panorama, la Delegación ofrece una formación cristiana básica, necesaria para impartir las clases en su dimensión más vivencial y concreta, ya que son aspectos que no aparecen en la materia impartida en la titulación oficial", añaden las citadas fuentes.
