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Escasez de Papás Noel

La tradición de que los universitarios de Berlín se disfracen de Santa Claus entra en crisis

Alemania acaba de vivir uno de los meses de noviembre más cálidos de su historia y diciembre ha empezado igual. Lo que para muchos es una bendición, para otros supone problemas de organización, como le pasa a la asociación de estudiantes de la Universidad Libre de Berlín, que este año tiene dificultades para su misión de reclutar Papás Noel que visiten a las familias en Nochebuena.
"Si no hace mucho frío o si no nieva la gente no se da cuenta de la proximidad de la Navidad y lo dejan todo para el último momento", dice René Heydeck, Papá Noel Superior de la asociación. Heydeck, estudiante de economía de casi 40 años, dirige el departamento de Weinachtsmann (Papá Noel, en alemán) de la asociación.

Aportación estadounidense
Esta asociación tiene una larga historia detrás. La tradición en Alemania es que el Weinachtsmann aparezca en casa el 24 de diciembre, que repase la lista de cosas buenas y malas que han hecho los niños, les de los regalos y cante con ellos.
Tradicionalmente, este papel le tocaba siempre al padre, tío o vecino, pero en Berlín hace años que existe la posibilidad de contratar a estudiantes para evitar las sospechas de los niños suspicaces. "La tradición de contratar universitarios comenzó tras la guerra. Los soldados estadounidenses veían la tradición alemana y querían tener un Santa Claus que les visitase y les cantase villancicos alemanes. Con el tiempo también las familias de aquí empezaron a recurrir a los universitarios", dice Heydeck.
Hoy día, el trabajo de Papá Noel es tan habitual entre los estudiantes como el de camarero o profesor particular, lo que no significa que se haya desvirtuado la tradición. "Muchos lo hacen porque de verdad les gusta, no solo por el dinero. Al fin y al cabo es uno de los primeros recuerdos de la infancia que todos compartimos", comenta el Papá Noel Superior. La prueba es que muchos estudiantes se ofrecen voluntarios a visitar gratis a familias sin recursos.

De 10 a 12 casas
Cada año, entre 400 y 500 estudiantes se encargan de visitar a unas 4.000 familias que pagan 28 euros por cada visita de 20 minutos. Las familias se encargan de dejar los regalos en un lugar visible para que el barbudo pueda meterlos en su saco y empezar la función. Cada estudiante visita entre 10 y 12 casas, desde las dos del mediodía hasta las siete o las ocho de la tarde.
Aunque Heydeck reconoce que desde mediados de los 90 la demanda ha disminuido mucho por las circunstancias sociales (menos natalidad y menos bonanza económica), está convencido de que la tradición permanecerá. No obstante, a falta de dos semanas largas para la fecha, solo 1.900 familias han solicitado la visita del Weinachstmann.
Sobre si existe un modelo ideal de Papá Noel, Heydeck se ríe: "grande, fuerte y con voz profunda. Como en todos sitios, ¿no?". Pero luego, matiza: "Es muy importante que conozcan la tradición, que cuenten historias y sepan canciones".
Tampoco se permite que una mujer haga de Weinachtsmann. Por eso desde mediados de los 90 y ante las quejas del sector universitario femenino la asociación tuvo que crear la figura del ángel que acompaña a Papá Noel y que encarnan las estudiantes berlinesas para familias dispuestas a gastar el doble de dinero.
"Al principio, pensábamos que sería difícil introducir el ángel en la tradición. Pero hace de contrapeso. Muchos niños tienen miedo de Papá Noel porque es grande y gordo y habla muy alto, y el ángel les tranquiliza", cuenta el director del departamento de Papás Noel.
Tampoco las familias lo hacen solo por los niños. "A veces disfrutan mucho más los padres", nos dice Claudia, el ángel que acompaña a Heydeck. "En muchas casas –explica– los hijos ya son mayores y aún así quieren que venga el Weinachtsmann. También vamos a hospitales y residencias de ancianos. Los mayores vuelven a la infancia por unos momentos".

'Maduritos'
Aunque el trabajo lo desempeñen los universitarios, que nadie se imagine a un joven imberbe de 19 años. En Berlín, donde cada universitario estudia una media de siete años y la mayoría empieza la carrera a partir de los 20 o 22, es fácil encontrar Papás Noel maduritos.
Heydeck solo lleva tres años, pero muchos de los que lo hacen llevan entre cinco y diez. "El más veterano es uno que lleva 28 años. Yo creo que ya ni estudia, pero siempre se matricula. Quizá lo haga solo por seguir siendo Weinachtsmann", bromea Heydeck.

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